Brotó de tu boca un olor a despedida, y esa tarde ningún ave emigró, nada se movía, como si el tiempo hubiese abandonado la escena y ningún hecho entonces fuera capaz de darse... Entendí que una parte de mi historia se moría!
He caminado desde entonces tantas otras historias y supongo que en algún momento fui la parte moribunda de alguna.
La calle y el café trasmutaron en heridas, ningún verso me toca, ningún sentimiento me cura, y la felicidad de la gente me parece una ficción.
Quise tanto detenerte, ¡como si fuese una alternativa!, y lo único que sentí cuando te ibas fue que algo de mi se desprendía... esa tarde maldita a la que el tiempo dejó, nadie supo que moríamos los dos!!!