Maquinas de guerra funcionando,
decidiendo el destino de muchachos desafortunados,
que cambiaron los días despreocupados
por los uniformes manchados con la sangre de sus hermanos.
Hombres fuertes llorando arrepentidos
ante los disparos recibidos por todos aquellos alocados
jugando a ser soldados para una patria servicial ante los poderosos.
Miles de jóvenes olvidados.
Todos ellos desgraciados porque una vez estuvieron vivos,
mas ahora se han convertido en números
que ya nadie recuerda.