Al andaluz de mis días
Una copla en Andalucía
desnudó mi espalda tapada,
cinturón de castidad del andaluz
me envolvió en la noche y no había luz,
escuetas palabras con sombras
por mi cuerpo resbalaba.
Y entre penumbras y porfías
de misterios y algarabías,
sentí un suspiro danzando
entre mis piernas que se abrían...
una música que anhelaba la esperanza,
la cual estaba buscando
que aquel gitano brujo me amara
con taconeo y sus alabanzas.
Entonces sentí el silencio
que penetró en la aldea de mi cuerpo
con fuerzas por poseerte
entre destemplanza.
Te fuiste conmigo más allá de la marea,
del hechizo en la arena,
porque yo sin poder…
¡ay te entregué mi ser!
y te dije lo que sentía
y me escondí la pena,
sentí que mordía
esta ansiedad con placer.