Como una canción
escuchada hace tiempo
te sigo al interior.
Tus ojos me atraviesan como dagas
los míos emergen de las sombras
para regalarte un pensamiento
desde lo mas profundo.
Arde mi corazón...
Es la caricia sangrienta
de un espíritu corrompido
maldiciendo al destino
en esta encrucijada sin fin
donde no hay cabida
para nuestro amor.
Rindete alma mía...
Gritan los espectros
invitándome a bailar con ellos
el suelo parece moverse
para devorar mis sentimientos.
Han de ser mi condena
y mientras me retuerzo
en esta danza macabra
recito tu nombre otra vez.
A Drácula..