Feraz semilla de maduro fruto
que solo crece en tierras del amor.
Quiero herbecer el rondín diminuto
de tus prados y colinas en flor.
En el empíreo de tus ojos nacen
aves de espumoso plumaje azul.
Tus manos son dos palomas que yacen
sobre tibios nidales de abedul.
Quisiera beber de tus hontanares
y adormecerme en tu blanco pendil.
Y en el aura tenaz de mis cantares
ser primavera en las hojas de abril.
Deseo alocado. Pasión tórrida.
Lanza dorada que clavaste en mí.
Sobre un vado de sueños, en la hórrida
obsesión de tu mirada me hundí.