87.
EL VIEJO JUEZ
Hace mucho tiempo vivió un viejo juez árabe que era famoso por su sagacidad. Un dia, acudió a el un tendero quejándose de que le habían robado todo de su tienda, el único sustento para él y su familia, pero no había forma de saber quién había sido el ladrón.
El juez ordenó que sacaran de sus herrajes la puerta de la tienda y la llevaran a la plaza del mercado y le administraran cincuenta latigazos por no haber cumplido con su obligación de impedir la entrada al ladrón.
Se reunió una gran multitud en la plaza para asistir a la ejecución de tan extraña sentencia. ¿Cómo era posible que una puerta fuera castigada en plena plaza pública por no impedir el robo?
Una vez administrados los cincuenta latigazos, el juez se inclinó hacia la puerta y le preguntó quién era el ladrón.
Luego puso su oído sobre la madera para escuchar lo que supuestamente esta tenía que decir sobre el delito.
Cuando el sabio juez volvió a incorporarse, miró al público que estaba expectante y les dijo: \"la puerta declara que el robo ha sido cometido por un hombre que tenía una teleraña en lo alto de su turbante\".
Al instante, un individuo que se hallaba entre la multitud se llevó una mano al turbante que vestía.
De inmediato, las autoridades lo capturaron y registraron su casa. Para sorpresa del tendero, en ella estaba todo lo robado de su tienda.