Silenciosa la mañana todavía abriga la penumbra de la madrugada,
cómplice fiel de esa noche de pasión inolvidable.
solo escucho el quedo arrullo de tu respiración adormecida
resonando en mi corazón
porque renací en tus brazos
de los que no quiero escapar.
La mañana aún está vacía del mundanal ruido
aun caen gotas frías de los tejados
en estas horas lentas en que aún no te levantas,
no ha salido el sol y se alarga la mañana
para nuestra satisfacción,
todo está muy húmedo y frío.
Pero mi alma no está fría,
porque está impregnada de tu calor corporal
que aún dormita en tu lecho de seda
ajena a todo lo que sucede en esta mañana gris,
me siento feliz a tu lado.
Qué pasará con el demonio que me invadirá
Cuando te levantes y yo quedé a solas?
Qué pasará cuando el cálido vaho de tu resuello
deje de impregnar el frío que me congela si tú no estás?
Qué pasará cuando la miel de tus dulces labios
deje de acariciar la amargura de mi boca
cuando te hayas marchado?
qué pasará cuando los miedos de mi soledad
me invadan si tú no estás.