Hija mía, te quiero
como los rayos del sol
besan la tierra en cada amanecer;
como la primavera
ama los bosques henchidos
de fragancias de mil colores.
Como el arco iris de los pétalos
se contempla en los espejos del sol;
como el rocío mima
el terciopelo de las flores
en las caricias de la mañana.
Como el lapislázuli de las mareas
colma la orilla con sutiles besos;
como las luciérnagas danzan
entre las sombras de hojarasca,
a la espera de la tibia alborada.
Como las semillas de trigo,
humildes perlas henchidas de néctar,
besan los surcos de la madre tierra,
germinando en la fértil campiña
con la mirada fija en los rayos del sol.
Tu rostro atesora miles de sueños;
es una pasión que brota en mi alma,
al ver tu linda cara sonreír,
cual guirnalda de flores,
celebrando la primavera en calma;
jubilosa en un manantial de amores.