Revendedor de ideas, ese es mi oficio,
yo cambio unas por otras con beneficio.
A las buenas yo mimo con mucho esmero
son las que a mi me gustan, las que más quiero.
Aunque las destacadas, inteligentes,
son las más cotizadas, con más clientes.
Unas son revoltosas, son traicioneras
e incluso prepotentes y otras austeras.
Simpáticas las vendo, son de estraperlo,
las conozco de lejos, nada más verlo.
Que para todos tengo, son de colores,
nata, menta, limón y de otros sabores.
Quien quiera comprar alguna, aquí me tiene,
prometo yo aconsejar cuál le conviene.
Aunque debo advertirles que yo no fío
pues que me han estafado y ya no confío.
Las hay muy recatadas y disolutas,
algunas van a misa y otras son putas.
Cierro aquí el mercadillo de las palabras
que las que ya me quedan son las macabras
y éstas, estoy seguro, no hay quien las compre,
ni siquiera permito que alguien las nombre.
Revendedor de ideas, ese es mi oficio,
yo cambio unas por otras con beneficio.
©donaciano bueno