Vinieron por nosotros, nos vieron a la deriva, vencieron.
Así de épica es ésta noticia,
escrita hoy en todos los noticieros,
que demuestra que el mundo,
sigue teniendo dueño.
¿ Qué profeta dijo,
que estos tiempos,
deben ser diferentes?
No hay una pizca de vergüenza,
al escuchar hablar en el mundo,
de la pobreza,
de la injusticia,
ni de la guerra.
Lo que demuestra lo que es obvio,
que el mundo sigue tenido garras.
Os contaré hermanos,
lo que vi en mi casa.
Vinieron en esta crisis los de siempre.
Primero a por los obreros,
entre los que yo me encontraba,
una vez nos vieron satisfechos,
es decir, a la deriva,
y nos vencieron con excusas,
que aceptamos desmoralizados.
En las colas del paro,
En los cursos de formación,
En la gran estafa nos encontramos.
Luego, los de arriba,
que desde allí todo lo ven,
vieron venir otros problemas,
La pobreza,
los inmigrantes
hambre en las colas de la caridad.
Injusticias molestas contra las que rebelarse.
Así que se pusieron de acuerdo los poderosos,
para luchar civilmente contra los miserables.
La lucha era desigual,
parecía que la íbamos a ganar,
sin embargo…
la perdimos,
no se porqué.
Regresábamos por entonces,
de la calle a casa,
con la cara llena de sangre.
Y los juzgados se atestaron,
de gente imputada por manifestarse,
que terminaron arruinados,
moral y materialmente.
Fue una derrota en toda regla,
que nos condenaba a estar abajo.
Esto fue el contrato,
que la sociedad firmo para el futuro.
Una vez sofocada la sociedad civil,
amordazada la libertad, la crítica y la dignidad.
Nos lanzaron a una nueva guerra con nuevas excusas,
ahora no civil.
Y vinieron de nuevo a por nosotros,
después de habernos partido la cara,
los de siempre,
con banderas para que les siguiéramos.
Y hubo muchos,
la mayoría de los que estaban conmigo,
que se fueron con ellos.
Angelillo de Uixó