Orlo de pensamientos en la decadencia del hogar
bramando el estrenado amante
desde el pasillo hasta el somier.
Cavidad por donde circula desidia
disfrazada de poca importancia
sobre las ollas con aroma a continentes,
entre costumbres que ayer estrenaron
disputas con paladares de limón.
Décimas de ocasión improvisadas
muriendo la creación de tinta entre amarga sonrisa
miscelánea espera del verso de carne y hueso
uñas que olvidan el arañado de un teclado
bajo el influjo de un futuro mejor.
Solo el perro aullando a un pájaro
devuelve color a un rancio lienzo que nunca se termina
las neuronas giran y rompen la tela de araña
volviendo a pisar el frío suelo de la independencia,
escondiendo sentimientos bajo la llave del silencio
se separan ropas se mutilan libros.
Comienzan los amantes por otros senderos a caminar.
Xesca Almécija