La abuela “Lucha”
tiene un ventilador
que ya no usa.
Cuando hay calor
y suda la blusa
busca la solución
bajo la ducha.
A ella ese abanico
ya no le gusta
porque ese aparatito
acontece y resulta
que en una fiesta
con vecinos y familia junta
nos dejó los ojos
como una lechuza,
pues con esos soplidos
que a cualquiera asusta
por su forma impulsiva
además de brusca,
delante de todos
le sacó la peluca,
y desde ese día
la abuela “Lucha”
ese ventilador
ya no lo usa.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela