Aun recuerdo cuando te mire por primera vez,
cuando mi cerebro te identifico
y algo en tu sonrisa me sofoco.
Recuerdo como ese colmillo tuyo me enamoro,
cuando al decir mi nombre me sonrió.
No te había mirado antes,
no de la forma que lo hice aquella tarde,
en que la suerte nos unió.
No fue hasta aquella mañana,
en que la lluvia nos llegó hasta el alma,
que note la chispa en tus ojos
y sentí aquel cosquilleo
y supe que eras el correcto.
Tardamos unos meses más
pero al final a tu lado llegue a estar,
éramos jóvenes e ingenuos,
el mundo parecía contento
todo era perfecto.
Pero la realidad nos llegó de pronto
y me alejo de ti,
la vida seguía su curso
y mi hogar ya había cambiado.
Nos mantuvimos sujetos de las manos,
y luego de los dedos,
la presión iba separandonos
pero no queríamos creerlo.
Al final yo solté tu agarre,
que estúpida fui al hacerlo.
Aquellos meses son un borrón en mis recuerdos,
gran parte de ellos borrados entre sollozos
y lamentos, Dios sabe que es cierto.
Pero realmente nunca me dejaste sola,
como siempre sostuviste mi mano,
y evitaste que mi caída fuera tan dolorosa.
Y me hice la fuerte,
\"sola estoy bien\" me decía,
\"el esta bien\" sollozaba
pero entre lágrimas la vida me callaba
por que no era cierto nada.
Cuando fue el momento me hiciste saber
que seguías conmigo
que sola no estaba,
que aún seguía en pie el
\"Se mi esposa amada\"
que me habías propuesto,
aquella tarde mientras me abrazabas.
Volvi a tu lado arrepentida,
y tu solo decias
\"todo esta bien mi vida\".
Todo está bien
cuando sostienes mi mano,
aun no entiendo mi necedad
de alejarte de mi lado.
Volví a tropezar,
pero esta vez caiste conmigo
y mientras creía que era el final
tu no soltaste mi mano,
esta vez juntos nos levantamos.
Ahora comprendo todo,
se que contigo soy feliz,
se que a tu lado siempre quiero estar,
que las tardes de risas no se van a terminar,
y que sin importar cuan lejos estemos
siempre sostienes mi mano
cuidando mis pasos.
Esta historia tendrá un final,
cuando la muerte nos quiera separar,
pero mientras ella no llega
te haré tan feliz como tu a mi,
y recitare esto el dia en que
selle nuestro amor con un
\"Si, acepto\".
Marceline de Carvajal, para el hombre que amo y que me ama.