Despojos del mar
No era en vano su odisea arriesgada,
del barco naufragado hasta la playa nadaron,
perdiendo todo en las profundidades de la perdición,
menos sus almas atormentados
Recompensados con camas hechas de las rocas,
una cobija o una sombrilla andrajosa
a protegerlos de un sol despiadado,
agotados y descalzos duermen
Una frontera de despojos del mar,
tierra de nadie de desdichado humanidad,
un espectáculo de privación,
mientras la legalidad se discute
Contra ellos no ha sido una guerra declarado,
la indiferencia más bien un deleito de la paz,
pues sin compasión matamos su creencia
en dignidad a vivir
La foto del RNZ periódico, Heidelberg, Alemania