En campos licuados
de pensamiento y dicha...
mis versos de fortuna se alimentan,
de caricias...
y descorazonadoras ilusiones...
de crepúsculos enardecidos...
y agostados de impaciencia,
y en melancólicos piélagos
se vierten muy despacio...
zaheridos y en sus heridas
y agostados de inclemencia,
en campos...
melancólicamente abandonados
heridos de alma herida...
y vencidos en su belleza,
la clepsidra del tiempo
de tus caricias enmohecidas
licúan la tarde
de versos muy malheridos...
y asaetados en su belleza,
y como si de hojas
zaheridas se tratase...
y de hiedras mortecinas
y vencidas de impaciencia...
versos altisonantes
mueren vencidos...
y heridos en su inclemencia,
tristemente asaetados
de labio herido
de enardecido nardo
y compungida flecha,
en cielos...
melancólicamente entristecidos
zaheridos... de alma herida...
y vencidos en su belleza.
AUTOR: JOSÉ A. PANIAGUA MARTÍNEZ.