Mis ojos color café se deleitaban con la vista,
aquella vista que observaban la belleza pura,
tan pura como la de una mujer inocente, como
aquella flor silvestre inocente, con la lujuria salvaje,
del cual mis ojos enamoraron mi corazón, que día y noche
luchaba por ser la mejor persona para esa mujer.
Pero como toda flor se apaga su belleza externa y aquellos ojos
color cafe ya no reconocen aquella vista, que enamoro una vez
mi corazón, inexplicable destino, malditas confusiones, que llevaron
al desamor de aquello que se perdió, mi corazón enamorado, me
hicieron olvidar, descuidar y comprender que estaba ciego por amor,
sufriendo por una flor que no retoñara, necio y bruto por la insistencia,
masoquista por tratar de revivir lo que no volverá.
Como toda flor queda su recuerdo, aquel recuerdo, que mis ojos imaginan
esa flor con su belleza, donde ya no es lo mismo, ciego por amor, masoquismo
por sufrir las injusticia de una belleza perdida, por tratar de perdonar y salir engañado,
mis ojos y mi corazón no quieren ceder, me siento vacío, me siento humillado,
mi pensamiento entra en juego, lucha con mis ojos, el corazón haciendo sonreír,
sonrisa de superación de aquella flor que murió, sonrisa de una nueva vista, vista de oro,
vista de impresión, vista de aquello nuevo que valora mi lucha, ángel de amor que protege,
compañia plena, que hace vivir y soñar y amar nuevamente mi persona.
Es la soltería, donde de raíz mis ojos color café que una vez deleito una bella flor
arranca de raíz, y aparece una nueva inspiración, mi corazón donde sufrió por amor,
se transformó en felicidad, en el espacio pleno y en el tiempo correcto, donde mi pensamiento,
ese órgano que me llevo a reflexionar, a valorarme, y sobre todo seguir amándome,
encontré paz y mi persona plena mentalmente y espiritual...