Izandro

Siria

 

Ataré con hilos de sangre mis palabras

Y no se escribirán sobre lienzo fino

Sino sobre tierra muerta con llanto de niño.

 

Cobijaré entre mis brazos un lamento,

Y me hundiré con sus lágrimas en medio del desierto,

Para intentar perdonar mí cruel silencio,

Y pretender aliviar,

El dolor de mi alma.

 

Trataré de esconder mi mirada,

Y de no perturbar así, a la callada muerte,

Donde las sombras de una derrota anunciada,

Derriban murallas entre lechos de niños,

Entre pequeños Ángeles, sin suerte.

 

Sembraré unas pocas palabras,

Y  las regaré con mis propias lágrimas,

Porque del cielo no espero la lluvia,

Que el puro acero, calló las plegarias.

 

Hoy recojo entre mis brazos virtuales,

El abrazo de un niño acaecido,

Y en su triste y doliente mirada,

Me pregunta, y el Señor… donde se ha ido?

Mis pupilas,

Mis labios,

Mis manos,

…Mi propia Alma,

Con mi triste pesar me quedo dormido,

Y todo de mi espera,

Que este dolor que me embarga,

Al amanecer...

Sea solo, una pesadilla amarga.