Del mar y su bravura
hoy se observa meciéndose entre olas
un adiós y hermosura
vagando siempre a solas
que muere de piedad cuando te inmolas.
Mar profundo ¡Oh! ribera
nocturna, de una piedra que endurece
en su lánguida espera.
Oh, mar que se entristece
vagando a la aventura que la mece.
Mar! lágrima de hombre,
azul inmenso lleno de la gracia
líquida. No te asombre
el tiempo que va hacia
la sed salobre que tu lengua sacia.
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David John Morales Arriola