Que mañana más virtuosa ,
amanecí con tus besos ,
mis sábanas , habían sido
removidas .
Tu perfume , recorría todo mi ser ,
tus labios habían dejado , una huella ,
tan , tan tersa , en mi rostro ,
que iluminado me sentía .
Internamente , una suave voz , decía ,
así serán tus amaneceres , porque ella ,
nunca dejará que sufras de frío .
Ambos , se entregarán un calor , tan tierno ,
que solo el canto del cielo ,
podrá igualar .
Vuestras mañanas , se acercan galopántemente ,
e inevitablemente , nada , ni nadie , podrá evitarlos ,
ya están establecidos .
Esas mañanas , de cuerpos entrelazados ,
con el corazón abiertos ,
hacia el horizonte infinito del amor .
Y así , me incorporé , y el día , se vistió
radiante de amor , que el cuerpo ,
se enriqueció y rejuveneció .