Si, pudiera yo depositar, cual moneda al alfolí,
un beso a su mejilla, jamás entenderías
en mi mente lo que esconde, la avaricia el desenfreno
su refugio, que envenena a la inocencia.
Cuando veo en la cima las montañas,
me parece que semeja, tu nariz en su rivera;
El llanto dócilmente a los ojos,
una mirada enamorada sin que viera.
Y a cambio de que fuera necesario
sentir con la pupila resbalosa,
aprovecharía y tocaría,
su labio con el mío.
-Jesús Alberto Vazquez