Grito en silencio al cielo
lo que te extraño,
perdiendo el juicio
y el corazón invalido,
por tu ausencia diaria
el recuerdo ya es pecado,
dicen que estoy obligado a olvidarte,
olvidar todo lo recordado,
que cada uno se queda por su lado,
en un rumbo, en otros brazos,
pero por las noches
cuando el insomnio impone
te echo de menos,
al pasar de los días,
en el correr de los meses,
en el transcurso de los años,
sé que no podré superarte,
este amor imposible superarlo,
te echo de menos
a cada instante que te nombro
entre suspiros, entre latidos
de esté corazón solitario
y me da rabia, me da pesar
el tan solo pensar que todo
este desvelo será podredumbre
en el silencio de mi cuarto.
Reconozco que el acuerdo
fue mutuo, nos despedimos
decididos en su momento,
sin daños y sin reclamos,
pero este añoro que te tengo
es de un hombre aun enamorado,
y sin distancias y sin mentiras
no puedo sacarte de mi pasado,
eres un asunto inacabado
un fuego que aún no se extingue,
porque en esos rincones,
en esos lugares, en las canciones,
que fueron cómplices nuestros
existes y no te has marchado
siguen en lo hondo de mi alma
que me rehusó a sentir el desconsuelo
de pensar que ya no eres mas
mi mas bello anhelo.