Miro la lluvia incesante caer.
Lento pasan las páginas del tiempo.
El viento del otoño desnuda mi árbol existencial.
La templanza de los años reafirma mi búsqueda de lo esencial.
Oteo nostálgico el tiempo pasado. Extenso terreno sembrado y cultivado.
Infinidad de rostros pasan delante a mis ojos. Algunos alegres, otros no tanto. ¿dónde están? ¿dónde fueron? ¿qué otros caminos recorrieron?
Siento un variopinto de sensaciones, emociones, sentimientos. Varían según la dirección de la impetuosa corriente.
Miro adelante y guardo un horizonte amplio, esperanzador, no sin esfuerzo o sudor. Luz, esplendor y cualquier nube que cruza, no niego sentir un halo de temor.
Una certeza: caminar.
Aunque si el horizonte se oscurezca, caminar.
Aunque si la tormenta arrecie, caminar.
Aunque si el frío se haga presente, caminar.
Aunque si el calor nos ahogue, caminar.
Aunque si el sufrir nos aferre, caminar.
Aunque si la subida se hace fatigosa, caminar.
Juntos, amor mío, mano de la mano, caminar.
Solos contra el mundo, pacientes caminar.
Cualquier dificultad hemos de superar.
Tú mi sostén, yo tu animar hasta la meta poder alcanzar.