John morales

In memoriam, Anil Vilcas Gonzales

 

Hoy amigo te lloro desde un lugar lejano

el firmamento azul pronto se ha estremecido

en su manto auroral, al ver tu cuerpo humano

descender: hondo, extraño. ¡Desde ahí me has dolido!

 

Unos padres mortales lloran a tus costados

y la Parca aletea, plácida en su müerte

¡Cerrad ya el ataúd! y los óleos helados

que van enfriando sin piedad tu cuerpo inerte.

 

El alerón del fénix se cayó para siempre

soslayo del vïento, del ave que no vuela,

del ave otoñal que se deshojó en la vida

desde la última cuerda que tocó un réquiem fúnebre.

 

¡La columna de tus huesos no caerá

jamás!. Ni el tiempo que corrompe toda carne

ha de menguar tu ausencia; cuando un gentil amigo,

lánguido fue dormir en sus celdas eternas.

 

Y todo ha de acabar aquí. Y han de venir

cruzando entre sus lágrimas, un salobre Jordán 

de ojos tristes, mortales llorando un \"Para siempre\"

en ese mausoleo vil que sangra tu mármol.

 

 

                                                          Anil, siempre te recordaremos...!