Cierta la posibilidad de la existencia,
que termina con el rayo del descanso,
atravesando el cuerpo, sufrido remanso,
ya desgastado y condenado en ciencia.
Vencen los huesos, se cansa la carne,
pero los sentidos no se pierden, ¡claman!
huye la belleza, pues los ojos no le aman,
y cercenados son capítulos de consciencia.
Mirad el cuerpo frágil pordiosero del tiempo,
fatigado en la rutina, esperando clemencia,
¿Acaso un nuevo sol vendrá con el encuentro?
¿Verdad, esperanza y gloria de otra vida sean?
¡Perdonadme Señor! ¡Dios de los tormentos!
no crea mi instinto mas allá de este concierto,
y todo no sea mas que un inofensivo cuento,
para aquellos que temen el terrible momento.
¡La partida!
La muerte llega y con ella su descanso eterno,
no habrá mas llantos, ni más dolidos fraternos,
la paz de la tierra, son viles gusanos en guerra,
y adornarán tus restos podridos por doquiera.
¿Y el alma? ¡Ah! ¿esa? junto al espíritu espera.
hasta el redoble tamboril de otra existencia,
si es que un navío nuevo llega.
Raquelinamor
Derechos reservados de Autor (C)
001/07092015