el tiempo nos acosa intensamente
es como si los rumbos estuvieran ya tras el último horizonte
unidos en la flor de los vientos
que se vuelve visible
de este tiempo se nos habló
se nos dijo tanto
cuántas maravillas
cuántas mutilaciones
confundida la ruina con la fortuna
la fiesta con el dolor
habitar la locura
no hay hombre inmune en este tiempo
es cosa de mirarse el pecho y sentir el calor de la sangre
de sentir las miradas de espanto posarse sobre ti
de ser llevado por los ruidos y los llantos
al capullo del profundo silencio
y quedarte ahí sin saber qué sucede
o cómo sucedió
©Melquiades San Juan