-Eres cruel.
No puedes desaparecer por el horizonte
arrastrando hasta la última hoja del árbol,
dejarla inerte en el suelo
arremolinándose por la indiferencia
de tus desaires
y aparecer después como si nada,
envuelto en una bufanda, aterido y nevoso,
helando el corazón del que arranca
otra vez,
una vez más,
la última hoja del almanaque.
Aun así, señor Solsticio*,
cada invierno
desearé con anhelo y esperanza,
tu próximo regreso
en verano.
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Comentario:
*Solsticio: Momentos del año en que el sol alcanza su mayor o menor altura aparente en el cielo.
El microcuento se refiere al Solsticio otoño-invierno, cuando quedan pocos días para que termine el año y el otoño deja paso a un invierno insoportable.
Sin embargo
el narrador mantiene la esperanza
de volver a reencontrarse.
De volver a sentir sobre la piel
de su cara,
la suave caricia del aire templado.
De volver a ver a la alameda
vestirse de verde
arropada por la claridad del sol de primavera.
Y ver los torrentes de agua
repletos de nieve derretida.
Oler de nuevo la fragancia de las glicinias
cubriendo el entechado del patio.
Y sentir el cacareo de la gallina
rabiándole a sus polluelos
recién eclosionados del huevo
que corren detrás de su madre,
picando, saltando, piando,
agradeciendo a la naturaleza
haber nacido,
en primavera.
Cecilio Navarro 22/11/2015
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