Cuando nuestra juventud se doblegue
y nos encontremos en el portal de los años,
En el umbral de nuestras vidas
Un poco cansados, un tanto heridos;
Recordando y mirando atrás con ojos caucásicos
Silenciosos y nostálgicos de brillo solitario,
Nos daremos cuenta que en nuestras
Arrugas se vislumbra el calor de una vida
Contando los años que pasamos separados,
Queriendo precisar el instante de tiempo
En que nuestros rumbos se disociaron
Queriendo olvidar lo malo, queriendo saber qué hubiera pasado;
Porque la melancolía no ha olvidado nuestros días
Porque fuimos jóvenes y amantes, inocentes,
Ingenuos enamorados, no sabiendo que el destino
Nos quería separados
Por eso como siempre he jurado cuando la
Vida venga a cobrar factura y la de traje oscuro
Golpee la puerta, estaré esperando tranquila
En los columpios que un día jugamos
Viviré dos segundos en el pasado, en los recuerdos más lejanos
En lo que fuimos y en lo que no pudimos
En nuestras promesas rotas y nuestros sueños dormidos
Las fronteras que nunca cruzamos, las risas que nunca reímos
Y quizás esa jornada estemos más lejos que nunca
Pero la vida sabrá porque así dios lo quiso;
No olvidare tus ojos, en donde siempre me veía
Quizás no cambiaría el rumbo de los años,
Pero sé que serías el último de mis suspiros
En mis horas más esporádicas, en la cornisa de mi vida