Uniría todos los días
todas las estrellas,
para formar una cara
con una chistosa mueca.
Tu me lo agradecerías, te reirías;
“no agradezcas, linda risa”
Atravesaría cualquier infierno,
soportaría el peor invierno
sola, sin abrigo de tu cuerpo
sólo para buscar lo que perdiste;
las ganas de vivir sin límites.
Esas lágrimas, ¿de qué son?
¿de alegría?, ¿de pena?
¿dolor?, ¿decepción?, ¿ahogo?
¿desesperación?, ¿no lo sabes?;
déjame enseñarte a no dañarte
con tu propio exceso de pasión.
Estudiaré, aprenderé, buscaré,
hallaré, ¡juro, lo haré!;
los materiales que necesito
para construir el más reforzado castillo,
donde pueda hacer, mi vida,
lo que se le antoje a usted.
Mire y busque,
mire y encuentre,
el detalle en lo simple,
la facilidad en lo complejo,
la eternidad en cada encuentro.
Espera; blanco y negro,
¿recuerdas?
así era todo antes que usted llegara.
Me suicide al enamorarme de ti,
mate lo peor de mi al darme cuenta
que no quería vivir un día, una vida
sin que vieras tu sonrisa en mis pupilas.
Lo clásico, lo es todo;
siempre te vi así,
de una manera clásica, sincera,
exenta de prejuicios.
Eres eso, lo clásico, lo eterno.
la voz de las estrellas,
El blanco de mi negro,
te contradigo, lo sé.
Quizás algún día,
te explicaré por qué.
¿Te encuentras perdida, mi niñita?
¿no sabes que haces aquí?
¿vivir no te satisface?
Busca, mira tu reflejo;
Mírate a los ojos,
¿ves lo que guardas en ellos?
un universo completo;
lleno de galaxias por descubrir,
planetas, lunas, constelaciones
y, obviamente, lleno de versos
que aún faltan por escribir.
Permíteme, concédeme el honor
de ser yo quien cuide tu amor,
quien lo alimente, quien lo proteja,
Quien descubra todo de ti,
cada espacio de tu mente,
cada rincón de tu alma,
cada centímetro de tu cuerpo...