a mi hija Gabriela
Te contemplo dormir;
Tan apacible, tan cándida, tan despreocupada
Mi pequeña hija Gabriela, mi amada
¿Qué preocupaciones tienes del futuro?
Tan diferente estás a tu padre inseguro.
Te contemplo dormir;
Y tu respiración sigo atento
Mientras yo me siento en raro encantamiento
Pues veo petrificado y en silencio que tu pequeño cuerpo descansa,
Y mi corazón al tuyo se une y afianza.
Dios te bendiga mi niña;
Eres el fruto de nuestro amor
Tus ocurrencias alejan cualquier desgano y temor,
¡Tú eres nuestra enorme bendición!
Pues por ti nuestra vida discordante tiene una hermosa canción.