Hablaba con mi yo perdido en el shock a la introspección,
en una búsqueda imposible, hablaba él frente a un espejo quebrado
despertando el vínculo desgarrado de sus entrañas,
donde alguna vez colgaban astros, -esperanza en un cielo apagado-
de
noche
se cuelan las luciérnagas suicidas
[la muerte merodea como rata[s] en la rendija de aquellos ojos secuestrados
En una melancolía tardía
En ese puente colgante
Con la soga
Arrimada
A la garganta...
.../ Grito del silencio al pecho...
Boca anclada a la necesidad de sentir refugio
de una felicidad escrita en cuentos de hadas,
personificación de mariposas
que caen como proyectiles
en la sangre que no cuaja...
Flujo sanguíneo que desglosa los latidos ausentes...
Una muralla pectoral en ruinas...
Filtraciones- la voz de un adiós,
cortante
¡Quemante!
Agobiante...,
monedas de gravedad sobre la fuente de sueños [Deseo]
[exilien] esta noche fría
brotando un hito fraguado en ese cadáver que derrama su mirada
en un canal eterno,
trastocando el enlace con las huellas de una sombra
escrita con olvido, sobre la pálida noche
donde se ha desvanecido el maquillaje de la vida...
¡Vaivén! Las huellas Al aire
De un lado al horizonte
el sabor tácito
de un goce adolorido
Sufrimiento permeable
de la médula con el secuestro
de la entonación sonámbula
Cuerpo dibujado al vacío
donde he quedado esperando a que regreses
con el regreso del adiós en una botella sin mensaje -ni grito-
En mis palabras invisibles
Verbo maldito]
en el adjetivo masticado entre la nula cohesión
de mi extremidad torácica con la existencia
Ataúd de carne
exiliando el alma-
En esa obra en decadencia,
de las huellas
bifurcando la distancia al horizonte,
Una garganta cerrada,
la levitación, alquimia de la soga
amarra el grito,
-el miedo-
/ultraje caustrafóbico/
Nostalgia
Melancolía melancólica
escupé sal en un letargo desnutrido,
[Llueve]
Cae
una última lágrima al vacío
un último aliento
-un adiós no escrito, Cae
cayendo-
NEGACIÓN ONÍRICA, Muerte Artificial,
enfrascas la pérdida
en esa cápsula perdida en el universo...
Lloran las estrellas, lloran fugaces ausencias
en el intersticio hiriente en las palabras,
que no acaban, que no terminan por cortar
el corte herido sin terminar en el alma[. . .]