Por esté dolor que por ti padezco
dejo que la melancolía me amenace,
en el interno del alma ya se yace
la tumba donde hoy perezco.
Y si acaso mañana aún amanezco
dejaré que la herida se apelmace,
sin querer que nada te reemplace
obtendré el daño que me merezco.
Tendré que vivir entre los horrores
que deja a su paso la melancolía
cuando ya no saben a nada los amores.
Qué triste es cuando el corazón expía
entre sollozos esos duros dolores
que deja el escribir triste poesía.