Padre, ya sé que te mueres,
y que, a tu pesar, nos dejas
tal cual hacen las madejas
deshaciendo las mujeres.
Mas sé que tú nos quisiste
aunque a veces lo ocultaras,
y que a escondida lloraras
si a alguno nos viste triste.
Que aunque dudes de que existe
dios, tú a él te aferrabas
y al mismo te encomendabas
cuando hundido tú te viste.
Padre, juro hoy si pudiera,
si yo fuera dios te juro,
quisiera hacer un conjuro
que a la vida devolviera.
Mil veces mi vida, mil,
una y otra vez daría
por verte aquí cada día
presidiendo nuestro atril.
Verte gozar en abril
y soñar en primavera,
sentirte reír quisiera
tan amable, tan gentil.
Mas, cual sabio que tu eres,
puedes marcharte tranquilo
dejando, fiel a tu estilo,
muy bien hechos los deberes.
©donaciano bueno