Existencia con huella
señalada en la palma de la mano,
con orgullo la llevas,
en tu noble trabajo
entre el cielo y la tierra, por el campo.
Esperanza es lo tuyo
y esperando a la lluvia, al cielo miras
cuando todo está oscuro.
Y creer en la vida
cuando lanzas al surco, la semilla.
¿Por qué esa congoja?
sabes tu dependencia de una apuesta
con fondo misteriosa.
¡Mantente firme en ella!
Y todo irá encontrando, su sentencia.
Cecilio Navarro 23/11/2015
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Comentario:
Alguien dijo que la poesía no precisa aclaraciones. Mejor dejar la puerta abierta a la fantasía del lector, pero en este caso la voy a explicar, porque alguien muy especial me hizo saber que la última estrofa no se entendía completamente. La idea es que el narrador se está dirigiendo a un campesino acongojado porque está triste y dudando de que el milagro de la vida se vaya a producir en esta ocasión, bien porque no se dan las circunstancias especiales y necesarias para que la siembra, la cosecha, o la vida; cualquier cosa, se desarrolle sin problemas y le recuerda, que su vida es así, de siempre, una apuesta a cara o cruz porque nunca tendrá la certidumbre absoluta de si lloverá o no, si nacerá bien la cosecha o no, de si se la pagaran bien, de… ¡Mantente firme! es decirle: mantén la fe que las respuestas llegarán.