Si perdiste el sol
no permitas que la escarcha filtre.
Descubre el quebranto de mi alma.
Así,
lluvias de calor
inundarán tu cuerpo.
Mi fe descansará
en los diluvios de sol
de tu silencioso amor.
Si perdiste tu alma
entre nieves y tormentas,
búscala cerca de mí o en lejanía.
Así,
encontrarás la huella
de nuestros sentidos
en el extenso filo
de la fértil roca.
Y si la razón no existe,
no pienses, sólo vive.
Así,
será frecuente la alegría
en el hecho
de tu sarcástica partida.