PETALOS DE NOCHE

LOS ECOS DEL SILENCIO...*




\"Todo cae por su propio peso\"



[INSTROPECCIÓN]                                                                                                        



Despegué de mis cuatro paredes
internándome en el refugio
de la ciudad gris que me saludaba,
miré a la izquierda, y estaba pintada
la muralla cubierta de cenizas
y al otro costado alturas de ocre verde,
ya siento el olor a cenizas pintar
cada gramo de asfalto que maquilla
el agujero tatuado en un valle
que con el tiempo, se fue convirtiendo
en una jaula de ruidos monocromáticos,

pensaba en mi mente distraída,
en hacer microcuentos, por ende
tenía que anidar mis ojos en cada sorpresa
que se gestaba en los vértices de las consonantes,

todo ya me parece ultrajado, la mujer
con una extensión en sus brazos
lleva una fuerza de gravedad que le tuerce el caminar
dos bombas en sus pies, y el con/fundir/ sobre el pavimento
camina donde quiere, y las figuras metálicas
atropellan su sombra inquieta en la luz,
ella con una bocina en su pecho y luego en sus labios
increpa una verborrea tapa oídos...,

y \"los verdes\" brillan por su ausencia...,
deben estar robando un \"carrito de sopaipas\"
sus estados físicos les delatan...,

de pronto, todo se mueve y todo se va
y mis líneas se pierden entre las miradas,
una mancha escrita derramada del tintero
sacude las aves que absorben el polvo

una migraña en el viento, degrada mis sentidos
\"estoy molesto contigo\" -oyes los ecos del silencio-
no me ayudan ¿sabes? quiero concentrarme
mientras el aire se fusila la avalancha en mi pecho
hoy podía hacer el universo, pero me quede en un letargo,

pensando en todo, y [...] pensando en nada,
miré los letreros de siempre vendiendo almas
las luces sobre narices, deformando la vida
en esas escarchas que sacan de la muerte,

muchos comen virutas de sacrilegio sanguíneo,
yo simplemente extiendo mi piel sobre un sueño

y cierro lentamente el vano líquido sobre mis labios,

pero hay algo, soy para nada romántico,
es lo que se ve, infiere, difiere o se piensa,

pero no, abré bien las entrañas, que mi sangre
solamente se derrama los 23 o 24...,

pues claro, no con carteles y luces,
ni con flores ni tampoco verborrea poética

sino que, con el lenguaje del alma*