Me diste el sol
Que alimenta al árbol,
Me diste el agua
Que baña mi ámbito
Que calma mi sed.
Me diste las montañas
Para que escalara alto,
Me diste el suelo
Para caminar con firmeza,
Me regalaste el canto de las aves
Para alegrar mis tristezas.
Me diste el rocío
Para aspirar el aroma
De tanta belleza,
Me diste el aire
Para respirar y vivir sin hastío.
Me diste un hermano
Con grandes enseñanzas
Para amar con franqueza,
Brindar al mundo
Mi corazón y sapiencia.
¡GRACIAS SEÑOR!
Por tu divina creación
Amor, fortaleza y esperanza
Mansedumbre, paciencia y templanza,
Los dones que recibo
Con sabia sumisión.
©Mirna L. Carranza Archila