Y debo aprender a vivir sin ti.
A caminar, a respirar,
a no echar la vista atrás,
a recordarte sin llorar.
A levantarme y acostarme
en esa fría y yerma cama.
A no esperar tus llamadas
ni a tus besos al alba.
Debo aprender a pasear
con la mano vacía,
a mirar escaparates,
a tomar solo el café y esperar.
Y más que debo aprender.
A rellenar tantas horas de soledad,
a tu foto dejar de mirar
y en el horizonte no buscar.
Y si algún día lo lograra aprender
seguro que no podré olvidar
que solo hubo una mujer
que me enseñó lo que es amar.