Gateo por el túnel más largo de mi vida,
espacioso al principio, y después apurado
más y más complicado, tan justo y apretado
que termino encajado, sin posible salida.
Comienza un movimiento giratorio, muy lento
que prosigue en aumento, convirtiéndose en una
gigantesca pantalla donde todo circula,
símil de sentimientos, de fallos y de aciertos.
De caerme de golpe y de alzarme despacio;
correr o andar, subir, bajar, volar, frenar,
construir o derribar, proyectar o inventar
en eterno ajetreo, en enorme trabajo.
Apareces y desapareces, incesante.
Te evoco, o te olvido, te escucho, o te ignoro,
te encuentro, o te pierdo, pues te amo, o te odio
en sempiterna antítesis, en eterno contraste.
Cuando el túnel se para el programa se acaba
todo se va borrando, todo se va perdiendo,
no va quedando nada que asista en el recuerdo,
sólo un núcleo blanco; energía pura, innata.
Preparada y dispuesta para una nueva empresa
en asistencia fiel, a la naturaleza.
Cecilio Navarro 24/11/2015
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Comentario:
Intento de pandemónium en versos alejandrinos. Empleo de la licencia del hiato en las coincidencias de doble o.