Heliconidas

Melisa (Canción)

I
Como un milagro que va latiendo madrugadas,
como la pincelada de un tiempo a contraluz,
tu sueño es mi desvelo gritando su llamada
aunque aún tu mirada
no haya visto la luz.
Estás en cada niña que ciñe una sonrisa
envuelta en la aurora de dos ojos de arrebol.
Te veo infinita corriendo muy deprisa
bajo una suave brisa
besada por el sol.


II
Melisa… para mi ya existes
y eres feliz como un río de suave encanto.
Te escucho cantar las canciones que hoy yo canto
y que ya no cantaré.
Eres futuro tan presente,
como el que espera el tibio sol de un nuevo día.
Te veo llegar tan delicada y tan mía,
envuelta en esta canción.


I bis
Cantando te arrullo en los bordes de la mañana.
Yo sé que de algún lugar mi voz escucharás
y sé que acudirás a mi invocación lejana.
Tan lejana y cercana,
Yo sé que llegarás.
Descreo de la inmortalidad y del destino,
por eso te anhelo con doliente frenesí.
Porque quiero concederle a tus pies un camino
y el regalo divino del caprichoso azar.


II bis
Melisa… para mi ya existes
Allí donde arropo tus penas en una nube.
Como blanca plegaria que entre las almas sube
en su silencio de amor.
Eres futuro tan presente,
como el que espera el tibio sol de un nuevo día.
Te veo llegar tan delicada y tan mía,
envuelta en esta canción.