Pepe Pnca

89. RELATO

 

 

89.

 

 

PSICOSIS

 

 

Cuando me case con María Silvia, no creí que lidiaría con sus \"demonios\": María, Silvia y Sil. Todas se presentaron durante nuestra noche de bodas.

Siempre supieron de mi negación al matrimonio, pero María Silvia me cautivó desde un principio con su ingenuidad, convirtiéndome en el gran maestro que nunca fuí.

Le dio a mi vida un próposito, pero mis ansias de libertad despertaron en María esa furia desenfrenada que me ató a sus decisiones, eliminando lo poco que me quedaba para ese entonces.

Podría haber huido de sus dominios, pero Silvia me asustó mas cuando me amarró a nuestra cama y, ayudada por María, Silvia y Sil, me mantuvieron secuestrado en nuestros aposentos hasta que la fatiga pudo conmigo.

Al despertar, sentí que su poder sobre mi había llegado al extremo de someter mi autoestima y sucumbí ante su castigo.

Entonces, entro Sil en la habitación con una expresión devastadora de sensualidad. Sin dejar de mirarme, se dirigió hasta la cama y desató mis manos una a una mientras Silvia y María hicieron lo propio con las ataduras de mis tobillos.

Podría haber escapado, pero Sil me tenía hipnotizado con su mirada. De repente, y bajo el umbral de la puerta, ví como María y Silvia, cohibidas y ruborizadas, se fundían en el hermoso cuerpo de Sil, que desbordaba sensualidad.

Abordaron el tren del erotismo hasta que por fin María Silvia, toda ella se acostó sobre mí, y me enamoró definitivamente.