Bienaventurados, aquellos
que en jardines secretos
guardan, sueños poblados
de ilusiones, discretos.
En su melancolía, consuelan
pretéritos perfectos
del ser amado,
en su corazón, selecto.
Del fruto prohibido
que su mano, no ha alcanzado,
renace el sabor
sin haberlo probado.
Bienaventurados, aquellos
que de un amor ganado,
han sabido pagar
la felicidad, sin ser desdichados.
Porque el amor es vida
y la vida misma, se hace poesía
en caminos sembrados de versos,
floreciendo el amor, sin porfía.
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick (Argentina)
Derechos reservados del autor (*)
Blog \"Mis Pensamientos\" 21-11-2015
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(Fotografía y video tomados de la web)