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Te cambio un poema por tus carnales placeres
Te doy en adición mi vigor,
te lo prometo todo, sin prudencia alguna,
me ofrezco completo a tus necesidades corpóreas
esas que gritas cuando miras mis turgencias
Te cambio un poema por tu cuerpo
Un cuerpo ávido de piel
Una piel ávida de tu cuerpo
Dos ansiedades se encuentran
Un deseo reprimido por el vulgar pudor
Te cambio este poema por tu sexo
Te doy además un concierto de caricias
en cada rincón de esa celda pasional
a la que llaman cuerpo.
Te cambio mi sudor por tus humedades
Aquellas ya insinuadas entre palabras y sonrisas contenidas a la fuerza,
provocadas por los roces intencionados de mi parte y negados por tu miedo
Miedo pudoroso, pudor vulgar, vulgaridad ansiada.
Te cambio mi inspiración por tus deseos
Ahora que me han comenzado a inspirar,
podemos darle otros provechos
Ahora que el cuerpo grita debemos atenderlo
Lujuria total envuelta entre ropas
Volcán amenazante, deseo intimidante, sonrisa insinuante
Te ofrezco este poema a cambio de lo que tu cuerpo pide
Al cuerpo hay que darle lo que pida mi deseada fémina
Y la pasión siempre se impone,
A veces se aplaza, pero emerge victoriosa
Reclamando lo suyo
No dejes que el cuerpo se apague sin entregarle lo que pide…
porque al cuerpo se le debe dar todo aquello que pida.