E S C E N A I I I
CUADRO: El decorado de la nueva escena es la habitación de ABRACADAXAS, la cual está provista de ligero alumbramiento, suficiente para que el público pueda identificar las maniobras de los actores.
(ABRACADAXAS camina a lo largo de su habitación. Repentinamente un ligero viento hace que se azoten todas las puertas; por consiguiente, se cierran. A la luz, la sombra de ABRACADAXAS parece no concordar con su cuerpo. Su sombra le habla).
SOMBRA:
¡Mírate, cuerpo desdichado!
Sombrío a pedazos,
cómo darte ardor fatuo,
a tus sienes y establos.
ABRACADAXAS:
Fablo mentiras,
qués lo que veo,
Cristo, e prosa Eris.
Toco mi encéfalo,
carótida…
razón es meollo interior.
SOMBRA:
Vuestro órgano para bombear sabe,
que razones también maldito sabe.
ABRACADAXAS:
Nombre maléfico, no has de nombrar
en lisos benignos,
puesto mi aprecio he de entregar,
y esto nada usted ha de participar.
Désta vida qués sueño
déste cuerpo es teatro,
voluntad es el mundo,
y la voluntad es representación.
Sólo existo dentro de huesos y pieles,
como de poesía y sienes.
SOMBRA:
¡Non me mientas!
Cuando de mí te desprendas
soy sólo tú,
sólo desti existo…
soy tu desprendido.
ABRACADAXAS:
Eres maldad intrínseca,
también homicida:
hades, por mi autonomía.
Qué si soy del demonio,
qué si soy santo…
soy mezcla de ambos.
En siniestro fatuo verde.
SOMBRA:
De mis pedazos has descombrado
al placer del fracasado;
non eres un fracaso
en pudor sembrado.
SOMBRA y ABRACADAXAS:
Que tú y yo somos el mismo ente,
y tú eres mi simiente.
de siniestro fatuo verde.
(CAÍDA DE TELÓN)