No puedo creer lo que veo y escucho.
¿es que no tienes piedad de mí?
¿ eres consciente de que me estoy muriendo
y te comportas como si yo fuese
un trapo tirado sobre la cama?
Nunca pensé llegar a este estado
de salud. Pero el destino
así lo ha dispuesto, y me atengo a las consecuencias.
Mis pulmones ya están por dejar de funcionar.
Pero no le temo a la muerte.
En realidad, te temo a ti.
Nunca pensé que serías tan fría e indiferente.
Sabes que falta muy poco para mi final de vida,
y veo en tu rostro que día a día
te alegras de ello.
¿Dónde está el amor que me juraste?
Ahora que me ves al borde de la muerte,
en vez de unirte a mí, de cuidarme,
de protegerme, no estás nunca en casa,
sabiendo que necesito de cuidados.
No le temo a la muerte,
pero ojalá Dios me ayude a vivir un tiempo más,
solamente para que tú no veas el momento
de mi partida final.
Sé que sufres, pero no por verme así,
sino porque aún estoy con vida,
y sé que prefieres mi muerte
antes de atenderme como corresponde
a una buena esposa.
Te vistes como si fueses a una fiesta,
y yo estoy aquí tirado, abandonado
por ti, que fuiste la mujer de mi vida.
No tienes corazón.
Aprovechas que me estoy muriendo,
en venganza de lo que tengo,
y estás consciente de que para ti
no ha de ser. La ley te ampara,
pero yo ya he dispuesto
dónde ha de ir a parar parte
de mi pequeña fortuna.
No creas que podrás despilfarrar
como en otros tiempos.
Esos años de antaño,
fueron otros años, sí...
ahora con la gran inflación que existe,
no creas que has de recibir
para vivir treinta años...
Tal vez puedas vivir con ese dinero
tres años a lo sumo...
esa es tu bronca.
Ahora comprendo muchas cosas,
muchas actitudes tuyas cuando
yo estaba bien de salud.
Te comportas como si yo ya hubiese muerto.
Pero más que mi enfermedad,
eres tú la que lentamente
me estás matando...
Ya puedes irte a cumplir con tu compromiso
social, déjame una noche más sólo.
No quiero a nadie más.
Prefiero hasta que llegues muy tarde,
porque pienso que si te quedas mucho tiempo,
serías capaz hasta de hacer algo,
no se qué, para adelantar mi muerte.
No me mires sorprendida,
tus actitudes a veces me hacen pensar
que podrías legar a convertirte en una asesina.
Aprovechar que me estoy muriendo...
con tus actitudes, no por mi gravedad,
cada día que pasa, más cerca estoy de la muerte.
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilo Ocanto - 12/05/2013)
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