DiegoAlonso

El destino del río

Cruel destino el del río;

ha de vivir cuando llora

la montaña.

 

Fue el sol quien llenó

 de calor su albedrío;

ahora el hielo es el agua

que en llanto lo baña.

 

Pero,

¿qué tan vil puede ser

el destino de un río,

cuando el hielo del monte

lo ha de bañar?

 

Surge en mí esa pregunta 

mientras miro a una

nube que pasa.

Me detengo y la sigo mirando,

se ve gris y propensa,

creo que ha de llorar,

mas diviso

que en pena

no viste su llanto,

sino en ansia de un cielo

que quiere bajar.

 

Entonces,

así como el agua 

desciende del monte,

dejemos que el cielo se baje,

¿por qué no?,

y al suelo se atreva a pisar.

 

Un poco de llanto jamás

será suelo, ni tierra,

quizá sólo un río

que lleva lo triste

hacia el mar.