Ibas buscando cangrejos
en la ribera del río,
el mar contempla de lejos
tus pies, llenitos de frío.
Era mi piel un suspiro,
de amor no correspondido
y el corazón, si te miro
da un arrítmico latido.
Te quedas y yo me alejo,
me voy , como se va el viento,
con aire oxidado y viejo
mordiendo su sentimiento
.
Preguntaste si lloraba
cuando te tuve delante,
y triste te contestaba
que era el viento de levante.
Y loco de tanto amar,
me lancé al río aterido,
que me invitó a navegar
rumbo a ese mar del olvido.