Alvaro Maestre

La Amistad Rebasada

Fuimos excelentes amigos hasta que me enamoré,

no maniobré el timón con serenidad, como se debía,

y siento que no fui yo, alguien gritó que te quería…

fue éste! – corazón que lo hizo… y no sé porqué.

 

Tal vez era contemplar tus ojos, o… mi ansiosa sed

al pintar después de irme tus labios cuando me mentía

en la imaginación de que te besaba, en la que sentía

el lleno de lo vacío, o lo vacío en lo lleno, o no sé qué fue.

 

Tus sonrisas inquietantes, tu voz que mi delirio era;

esas lágrimas que a mi alma deshojaban con tu llorar y escucharte.

Es…, que no entiendo qué pasó. – Cómo es que llegué a amarte,

y a veces comprendo… que sí…, soy un humano cualquiera.

 

Y ojalá, y hubiese sido como una brisa, soñadora y pasajera,

que volase hasta perderse hacia un espacio que me descarte,

que te sacara de éste sentimiento y de mi razón pensarte;

pero, no fue así. – Y, ahora que no doy porque así fuera.

 

Yo sé que me extralimité y no pienses he de culparte;

tuvimos esa amistad que al amor quiera o no lo convenciera

de establecerse en nosotros, quedarse y que no perdiera;

sin embargo, Mi Limeña, aceleré… y me estrellé por pasarte…

 

A.Maestre