Esto es lo que va pasar:
Te escribiré una carta romántica.
La dejare en tu buzón un dia en que estes fuera...
Al dia siguiente, entre las siete y cuarto de la mañana tu alarma sonara.
Comenzara tu rutina:
te pondrás de pie, estiraras los brazos al cielo, flexionaras un par de veces las piernas,
giraras el cuello, y te tallaras los ojos brevemente.
Después iras al baño a lavarte el rostro.
Luego a la cocina y tomaras un vaso de leche: despacio, gustosa, y linda.
En seguida caminaras a la puerta principal, y saldrás al jardín hacia el buzón,
a recoger lo de siempre…
Esto es lo que va pasar:
Una vez tomando tu correspondencia regresaras adentro.
Iras ya sea hacia la sala, el comedor, la recamara...
Te pondrás comoda.
Prosigo.
Al ver tu correspondencia a ojo, dirás: “lo mismo, lo mismo”.
Mas a última instancia encontraras mi carta de amor
con tu nombre en el destinatario.
Con una mirada curiosa e intrigante te preguntaras: “¿y esto?”
Luego de unos segundos la abriras cuidadosa y cautelosamente.
Esto es lo que va pasar:
Desdoblaras las carta del dobles que le habre hecho.
Leeras la primera palabra, la segunda, tercera, cuarta, hasta la enesima...
Tus labios se moveran mirando fijamente y oración tras otra,
me metere a ti, a tu alma:
Como aire como agua en tu saliva.
Como fuego como tierra en ceniza.
¡Por tu boca, cuando me leas!