Si a los borregos les cantáramos nanas ( fábula)
Si los borregos hablaran- les dije a mis hermanos de som la vall cuando vi su portada en facebook- lo harían todos empleando el mismo lenguaje. Sonreirían y llorarían antes las mismas cosas sintiéndose a gusto de ser todos iguales y expresarse con los mismos balidos que habrían interiorizado hasta tal punto cada borrego, que llegaría a la conclusión de que eran obra suya esos balidos. Tan íntimos, tan auténticos, tan verdaderos que podrían ser comprendidos por otros borregos que hablarían también en el mismo lenguaje. Y así se mirarían los borregos los unos a los otros como únicos y diferentes.
A los borregos que vivirían en comunidad sobre fértiles pastos les gustaría aprender, y que les contarán fábulas, así como sentirse seguros y ser felices. Por eso no tardarían en aparecer entre los borregos algunos que harían de pastores para proporcionarles esto. Estos borregos se pondrían a dos patas frente la rebaño y se disfrazarían de hombres. Para entretenerlos y parecer sabios ante el rebaño tocarían una flauta, pues a los borregos les gusta la música. Le contarían al rebaño congregado a su alrededor , que no hay que matar, que no hay que robar, que no se debe codiciar la borrega de otro borrego, y que se debe trabajar mucho y entregarse a la comunidad. Algún borrego al que el sol le hubiera iluminado hablaría de forma diferente, con otro lenguaje. Este les advertiría al resto de borregos por su amor hacia los demás congéneres, que les estaban engañando. Además ,encanalizaría al rebaño cuando dijera que si hay que matar a algunos de ellos ; que se debe hablar de forma diferente a como lo hacen borregos para ser todos pastores. Codiciar y someter a sus instintos a la borrega de otro borrego, pues las borregas es lo que más desean es ser sometidas virilmente, y no estar esclavizadas a un solo borrego. Y sobre todo , este borrego iluminado les advertiría que los pastores les estaban engañando cuando para comprobar que los mandamiento se cumplían, conduciría a los rebaños a la guerra al no tener suficientes pastos.
El resto de borregos denunciaría al pastor a este borrego por indeseable, que sería calificado por el pastor , que también sería policía y juez, como un lobo solitario y dañino dentro del rebaño y de la especie. Entonces sería sacrificado uniendo a la feliz comunidad con su muerte.
Los borregos irían cada cierto tiempo a la guerra. Se matarían balando muy contentos el nombre de sus pastores convencidos de que se sacrificaban por su rebaño que hablaba su mismo idioma.
Ambos bandos balarían de forma semejante pero con acento diferente, y se destrozarían de igual manera, dejando las colinas llenas de cadáveres de borregos. Los borregos heridos en la batalla bajarían al valle tras la cruel batalla para ser curados y condecorados por su valor ante su rebaño por los pastores.
Una vez terminara la guerra y tuvieran los vencedores los mejores pastos y reinara la paz a costa de tantas bajas, los pastores obligarían a repasar los mandamientos también a los vendidos con el mismo balido de los vencedores. Entonces reinaría la paz y estarían todos los rebaños muy contentos de lo generosa que era la tierra cuando bala la gente de igual manera.
Con el tiempo, los pastores se harían borregos muy especializados en el arte de la persuasión. Se harían más sutiles, y tratarían de convencer a todos los rebaños del mundo de que era necesario hablar de igual manera para vivir todos de forma semejante, y evitar los robos, la pobreza, y las guerras que causan los lobos.
Los rebaños de borregos de todo el mundo , deseando sentirse seguros, entregaría su voluntad, su pensamiento, su sentido crítico al escuchar hablar de seguridad, paz , bien y amor, al pastor. Y aprenderían todos a balar y a pensar de igual manera trabajando para los pastores.
De vez en cuando, este les pedirían sacrificios personales apelando al bien todo el rebaño.
Ningún borrego tendría ya voluntad, ni decisión, ni un lenguaje propio.
El resultado de que los borregos hablaran el mismo idioma a la larga, fue que esta especie acabó con todos sus individuos clonados, no quedando borrego diferente.
Angelillo de Uixó.