Estás distante de mí.
Es evidente, amor.
Pero, así como confío en Dios,
confío en ti.
Tú sigues siendo
la lámpara encendida
que fortalece mi vida.
Tú eres la que me da
la fuerza necesaria
para seguir existiendo.
Tú eres esa gran hada angelical,
que sostiene los momentos
de soledad.
Si siempre has existido
en mi corazón,
no estando hoy
junto a mí...
¿He de borrar de él?
¡Nunca, jamás...!
Eres mi fuente de esperanza.
La llama fuerte
que me inspira...
aunque te hayas alejado
de mi vida.
Tienes tus motivos.
Es tan grande mi amor...
que los justifico,
sin conocerlos...
Compartimos tantos
momentos plenos de felicidad...
que, aunque ellos
no existan en este momento,
SIEMPRE VIVIRÁS EN MI CORAZÓN.
Derechos reservados de autor ( Hugo Emilio Ocanto- 27/11/2015)